lunes, 6 de agosto de 2012

41.- Bruce Springsteen - Born to run.


Bruce Springsteen, "El Jefe" ya nos había dejado claro que el no se lo tomaba a chiste en sus dos primeros álbumes (Greetings From Asbury Park, NJ y The Wild, The Innocent & E Street Shuffle), que su habilidad para componer crecía y crecía, y además siempre se encontraba en buena compañía, pues la calidad de los miembros de la E Street Band es innegable, los cuales aportaron mucho a Bruce, especialmente en directo, porque es sabido que los conciertos de el Boss son impresionantes.
Cuando Springsteen comenzó la grabación de Born To Run tenía muchas ideas e influencias en la cabeza (Roy Orbinson, Dylan...) y su objetivo era conseguir un sonido parecido al de sus idolos, pero lo que consiguió fue un estilo único y reconocible en cualquier lugar del mundo.
La producción del álbum, a manos de Mike Apple, Jon Landau y el propio Springsteen es impecable, al más puro estilo Phil Spector y su "Wall Of Sound", que es algo así como agotar hasta el último recurso posible y pulir cualquier aspereza.
Rock americano al más puro estilo Springsteen, marcado por el saxo de Clarence Clemons, instrumento clave en la carrera del Boss, y por música negra, la cual Bruce admiraba...es decir: Born To Run.
Abre Thunder Road, con un piano y una armónica que van creando ambiente hasta que aparece la rota pero sentida voz de Bruce con una melodía deliciosa. A la par que van apareciendo instrumentos, el tema va cogiendo ritmo, convirtiéndose en un tema muy animado con un loco (y no por ello malo) piano a manos del genial Roy Bittan. Al final del tema, Clemons irrumpe con un estupendo riff de saxo que da fin a una de las mejores canciones del jefe...¿cómo?¿Que ya se ha acabado?
Sigue otro de los puntos claves del álbum: Tenth Avenue Freeze-Out, donde Bruce y su E Street Band experimentan con el soul y, por supuesto, consiguen lo que se proponen. De fondo se oye  la guitarra de Bruce que sirve como un brillante acompañamiento, pero pasa desapercibida, pues los focos iluminan esta vez a Clarence, que pocas veces sonó tan convincente como en esta canción. La melodía es pegajosa como nunca, ya se sabe la habilidad de Bruce para las lineas vocales.
Night es el tema más corto del álbum, pero son tres minutos de pura emoción: power chords, un saxo esplendido, rock, rock y rock. Como viene siendo usual los temas más breves son siempre los más intensos, y hay mucha gente que puede expresar en dos minutos lo que otros no pueden en 40. Night es, además, uno de los rockers más potentes del álbum.
Sigue Backstreets que comienza lento con Roy Bittan y su piano liderando, hasta que aparecen un hammond y una guitarra dándole un empujón al tema, que se ve sometido a un estupendo crescendo que lo convierte en un tema casi épico, con Springsteen desvivido y gritando como un descosido al final  "Hidin' on the backstreets" (por mucho que se le odie como cantante, a mi me parece que tiene todo un vozarrón).
Continuamos con Born To Run, que aunque esté todo dicho acerca de él, algo habrá que decir al respecto. Para empezar, decir que este tema fue el que salvó la carrera del Boss, pues estaba a punto de caer despedido, y no me extraña porque, además de ser uno de los más temas más comerciales de la primera época de Springsteen, está cuidado hasta el más mínimo detalle. Ahora los protagonistas son la guitarra y el saxo (Clarence, ya se te echa de menos), pero, por otro lado, hay todo un arsenal de instrumentos: hammond, piano, gockenspiel...A pesar de su pomposidad, es uno de los temas más directos e impactantes a primera oída de este jefe del rock.
She's the One es uno de los más curiosos del disco. La batuta la lleva un movido y pegadizo riff de organo del también difunto Danny Federici sobre el que Bruce ejecuta una casi robótica melodía. Entonces aparece una guitarra realmente explosiva, nunca pensé que Springsteen pudiera meter semejante caña a las seis cuerdas. Impresionante.
Sigue Meeting Across The River, que es un cambio drástico de estilo, la E Street Band prueba ahora con el jazz con nada más que piano, saxo y voz. El resultado es una dulce canción, que aunque hay que escucharla varias veces, acaba gustando.
Para cerrar tenemos una de las mayores burradas que haya hecho este señor en su carrera, una épica de 9 minutos y medio llamada Jungleland. Toda una pasada. Born to Run y Backstreets sonaban pomposas, pero esto, esto es superior. Todas aquellas influencias que Bruce había acumulado las vuelca en este temazo. ¡Pasen y vean! Guitarrazos por doquier, melodías exquisitas, furia rocker, y por supuesto, a la mitad de la canción, el conocido y respetado solo de saxofón del maestro Clarence Clemons, simplemente fabuloso, algo fuera de este mundo. No hay nada más que decir, bueno en realidad sí... Eres grande Bruce, muy grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Teneis alguna duda?, ¿Quereis comentarnos vuestra opinion? Pues este es vuestro espacio para que sepamos que sentís acerca de Este Arte Llamado Rock.